Casi todos los juguetes están hechos de plástico y su problema es que no se biodegradan, solo se convierten en microplásticos que no podemos ver, además,estos juguetes pueden tener hasta un 40% de aditivos químicos peligrosos, como el BPA y ftalatos, que causan trastornos hormonales, problemas reproductivos, mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, etc . Lo preocupante de esto es que los niños están directamente expuestos a estos químicos todos los días. Incluso después de tirar los juguetes a la basura, es muy probable que estos juguetes sobrevivan a los nietos de nuestros nietos. Ya que estos plásticos pueden tardar siglos en descomponerse. Para resolver el problema del plástico hay que ir directamente a su raíz, reduciendo su uso y adoptando opciones sostenibles. El objetivo de este trabajo es ofrecer una solución práctica para sustituir los juguetes de plástico. Para lograrlo, se han elaborado juguetes completamente orgánicos hechos de yerba mate y aserrín. Estos juguetes son 100% biodegradables, lo que significa que pueden descomponerse de manera natural gracias a microorganismos, y son 100% compostables, lo que significa que pueden descomponerse y además convertirse en abono orgánico de calidad. Los juguetes fueron elaborados con un aglutinante simple hecho de fécula de maíz, agua y vinagre para evitar el crecimiento de microorganismos, junto con yerba o aserrín. Estos juguetes son unos aliados perfectos y materiales idóneos para el proceso de compostaje, ya que como es conocido, para un buen compost, se necesitan dos tipos de materiales: 1- Los materiales verdes también llamados húmedos y 2- los materiales marrones, también llamados secos. Y justamente nuestra propuesta es hacer juguetes con yerba que son parte de los materiales verdes ricos en nitrógeno y juguetes con aserrín, que forman parte de los materiales marrones ricos en carbono. Para que estos materiales puedan liberar estos y demás nutrientes es necesario que estén en estado de descomposición. Por esto es que deben ser compostados. Se han elaborado rompecabezas, bloques y juguetes didácticos que han demostrado una excelente resistencia al agua y a la rotura, es decir, son bastante resistentes. En cuanto a la descomposición, se pudo observar notablemente la degradación de los juguetes en el suelo luego de 6 semanas de haber sido enterrados. Durante el proceso de experimentación, se observó que el secado natural al sol es más beneficioso que el secado en horno, ya que el secado al sol permite una deshidratación más gradual, preservando la integridad de los juguetes. Para concluir, estos juguetes compostables son un ejemplo real y concreto de cómo podemos cerrar un ciclo de recursos sostenible y beneficioso para el medio ambiente además de disminuir la cantidad de plástico que usamos día a día de la siguiente manera: En lugar de seguir el típico camino lineal donde la madera se usa y produce residuos, y la yerba mate se consume y se convierte en desecho, estamos transformando esos residuos en una nueva oportunidad, al usar como materia prima los residuos de madera y yerba mate. Cuando estos juguetes llegan al final de su uso, no terminan en la basura, sino que se convierten en compost. Aquí se descomponen en nutrientes valiosos que enriquecen la tierra, fomentando el crecimiento de nuevas plantas de yerba y árboles. Así se cierra un ciclo de manera sostenible. Este enfoque circular beneficia tanto al medio ambiente como a la sociedad al concientizar e inculcar desde temprana edad una mayor apreciación por la naturaleza, reducir la generación de desechos, reducir el uso del plástico y nutrir la tierra para futuras generaciones.